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¿Por qué no mejoro del SIBO?

El SIBO es un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino que puede causar una serie de síntomas gastrointestinales, como hinchazón, gases, diarrea/estreñimiento (en función del tipo de SIBO) y dolor abdominal.

El algunas ocasiones, estos síntomas se siguen produciendo a pesar de haber tratado el SIBO. Esto puedes ser producido por diferentes alteraciones que se producen como consecuencia del SIBO y que es necesario tratar de forma paralela al tratamiento farmacológico.

Intolerancias alimentarias secundarias al SIBO

Es frecuente que el SIBO cause ciertas intolerancias alimentarias temporales y reversibles. Los alimentos más comunes que pueden desencadenar intolerancias alimentarias en personas con SIBO incluyen

  • Carbohidratos fermentables: los carbohidratos fermentables, como los FODMAP (sorbitol, fructosa, lactosa…), pueden ser mal absorbidos y fermentados por las bacterias del intestino delgado, lo que puede provocar síntomas gastrointestinales.
  • Gluten: algunas personas con SIBO también pueden tener sensibilidad al gluten no celíaca.

Hiperpermeabilidad intestinal

La permeabilidad intestinal, también conocida como “intestino permeable”, se produce cuando la barrera intestinal se vuelve más permeable de lo normal, permitiendo que sustancias no deseadas como toxinas, bacterias y alimentos no digeridos entren en el torrente sanguíneo. Esto puede provocar inflamación y otros problemas de salud no solo intestinales, como alergias alimentarias, enfermedades autoinmunitarias y fatiga crónica. El tratamiento de la permeabilidad intestinal a menudo implica cambios en la dieta, suplementos y otros enfoques terapéuticos para reducir la inflamación y restaurar la salud intestinal.

Otras disbiosis

La presencia de SIBO puede indicar también la presencia de otros desequilibrios en la microbiota intestinal. Añadido a esto el tratamiento del SIBO, que generalmente implica el uso de antibióticos para reducir la cantidad de bacterias en el intestino delgado, también puede tener efectos negativos en la microbiota intestinal.

Los antibióticos pueden matar no solo las bacterias nocivas, sino también las bacterias beneficiosas que se encuentran en el intestino. Esto puede alterar el equilibrio de la microbiota y aumentar el riesgo de desarrollar disbiosis intestinal y otras afecciones relacionadas con el desequilibrio bacteriano.

Es importante reponer con probióticos específicos y ayudar a la colonización de los mismos con una dieta que aporte suficientes PREbióticos (el alimento de la bacterias “buenas”).

Conclusión

El tratamiento del SIBO no acaba cuando hemos reducido las bacterias que lo causan. Es necesario trabajar todos estos aspectos con la alimentación y probióticos personalizados. También debemos reducir aquellos factores de riesgo para el SIBO para evitar que este vuelva a aparecer.