Estamos en verano y con el calor que hace nos apetece un postre fresquito que nos aporte hidratación. ¡La gelatina puede ser ese postre! Sin embargo, la que encontramos en el supermercado puede no tener una composición muy adecuada (azúcar o edulcorantes, saborizantes…). Así que vamos a ver cómo hacerla una gelatina de frutas en casa ¡con tan solo 2 ingredientes!
La gelatina es un conjunto de proteínas obtenidas mediante la hidrólisis parcial del colágeno de animales. Este colágeno es una estructura proteica que se encuentra en el tejido conjuntivo de los animales (piel, huesos, tendones y cartílago). Seguro que alguna vez has visto el caldo del cocido de huesos y carne. Cuando ese caldo se enfría, se convierte en una sustancia gelatinosa. ¿Qué ha ocurrido? El tejido conjuntivo de los huesos se ha desnaturalizado con el calor y al enfriarse comienza a atrapar agua formando el gel.
La gelatina por sí misma nos va a aportar proteína. Esta es la razón por la cual la gelatina tiene un fuerte poder saciante (la proteína es el macronutriente más saciante). Sin embargo, la proteína de la gelatina tiene un bajo valor nutricional (no aporta todos los aminoácidos esenciales para los seres humanos). Necesitamos otras fuentes proteicas diarias para obtener todos los aminoácidos esenciales.
El consumo de gelatina también se asocia a la mejora de problemas óseos o articulares. Parece ser lógico que si consumes gelatina, vas a aumentar el colágeno de tus articulaciones. Desgraciadamente esto no funciona así. Cuando consumimos colágeno o gelatina los digerimos en compuestos más pequeños que sean fáciles de absorber y metabolizar. Es improbable que esos compuestos vayan directos hacia esa articulación que nos duele. A día de hoy, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) no establece relación entre el consumo de gelatina NI DE COLÁGENO y el mantenimiento de las articulaciones. Entender el funcionamiento de nuestro cuerpo es entender que lo que consumimos se transforma y se metaboliza en compuestos muy diferentes al alimento original. Piensa un momento, ¿si consumes hígado vas a mejorar la función de tu hígado? Para nada.
En resumen, la gelatina es un buen producto, seguro, que no presenta ningún problema. Pero también es necesario entender que no tiene nada de milagroso y que no por atiborrarnos a gelatina vamos a mejorar las dolencias óseas o articulares.
Hemos visto que la gelatina tiene origen animal. Ahora bien, también existe una alternativa para dietas veganas o vegetarianas. Esa alternativa es el agar-agar. Este compuesto se extrae de la pared celular de varias algas y, aunque no es gelatina propiamente dicha, tiene una gran capacidad gelificante.
Receta de gelatina de sandía
La gelatina de frutas la hago casi todos los veranos cuando comienza la temporada de la sandía. Es la fruta que más me gusta para la gelatina, aunque para gustos colores; puedes probar diferentes formas y diferentes frutas hasta encontrar la que más se adapta a tu paladar.
Ingredientes:
- 500 ml de sandía triturada
- 2 g de agar-agar en polvo
En algunos casos se necesitará agua para hidratar la gelatina, esto ocurre con la gelatina en láminas.
Receta:
- Tritura la sandía con la batidora. Puedes colar el líquido para eliminar los grumos y obtener un líquido más fino, aunque a mí me gusta con grumos para aprovechar bien la fibra de la fruta.
- A partir de aquí, el proceso variará en función del tipo de gelatina que utilices (agar, gelatina neutra, en polvo, en láminas…). Es muy importante seguir los pasos que marca el envase. Puede que no te salga a la primera (hacer gelatina tiene su intríngulis), pero una vez conozcas bien el método, se hace en pocos minutos.
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