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Nutrición en la búsqueda del embarazo y en el embarazo

Durante los últimos años, la nutrición ha formado un pilar importante en la fertilidad y la concepción. El estilo de vida occidental que tenemos, contribuye a que la alimentación no aporte suficientes nutrientes necesarios para la salud hormonal y, a su vez, aporte compuesto muy inflamatorios.

Durante estos años trabajando con parejas para lograr una fertilidad y un embarazo óptimo, me he encontrado con muchas dudas acerca de cómo es el proceso de trabajo de la nutrición en la esta etapa de la vida. Es por esto, que he querido resumir los aspectos más importantes que trabajamos en consulta.

Búsqueda de embarazo

  • El primer cambio es implantar una alimentación antiinflamatoria personalizada para favorecer ovulación y mejorar equilibrio progesterona/estrógenos en fase lútea
  • Debemos evitar déficits frecuentes de nutrientes importantes en la búsqueda de embarazo como son el Omega 3, zinc, selenio, vitamina D, vitamina C y vitaminas del grupo B.
  • Valorar una suplementación acorde a cada mujer en función de analíticas, patologías y método de búsqueda (reproducción asistida, búsqueda natural…)
  • Prevenir o tratar disbiosis de la microbiota vaginal. La microbiota vaginal debe estar predominada por Lactobacillus. El sobrecrecimiento de otras especies microbianas, puede reducir las tasas de implantación
  • Reducir disruptores endocrinos de nuestra alimentación
  • Mejorar alteraciones que afectan directa o indirectamente a la fertilidad: autoinmunes como hipotiroidismo, SOP, endometriosis, SIBO, patologías gastrointestinales

Durante el embarazo

En el embarazo, la alimentación debe estar acorde a los cambios hormonales que se producen.

  • La primera consulta de nutrición se lleva a cabo en el inicio del primer trimestre. En esta sesión se dan las pautas necesarias de seguridad alimentaria en el embarazo (consumo de mercurio, alimentos crudos, cafeína, especias e infusiones…). También se adaptará la alimentación y suplementación a esta nueva etapa: nutrientes importantes como el ácido fólico activo, yodo, omega 3 e hierro. En el primer trimestre es frecuente que comiencen las náuseas y reflujo. Es importante adaptar el número de comidas a estas situaciones y ayudarnos de vitaminas como la B6 o de infusiones como el jengibre.
  • En el segundo trimestre aumentan aún más las necesidades de hierro. El aumento de progesterona ocasiona un descenso de la actividad del músculo liso del colon y un alargamiento en el tiempo de tránsito por el intestino, provocando estreñimiento. Aumentar el aporte de fibra soluble junto con agua, nos ayuda a ir mejor al baño. Debemos tener precaución de no tomar un aporte de fibra elevado junto con alimentos proteico o suplementos, puesto que puede reducir la absorción de minerales como el hierro o el calcio.
  • Por último, en el tercer trimestre, es clave ver las analíticas o test realizados para comprobar glucemia, hormonas tiroideas… También es frecuente notar más retención de líquidos y piernas hinchadas, debido a la presión que ejerce el útero sobre las venas de la pelvis. Para esto es importante consumir suficiente potasio y agua, así como asegurar que el sodio no está contribuyendo a la retención.

Si quieres contarme tu caso para ver si te puedo ayudar o tienes alguna duda, puedes escribirme a hola@lidiamarquesnutricion.com o contactarme mediante cualquiera de los formularios de la web